Hikitsuchi Michio Sensei

Hikitsuchi Michio Sensei

Nacido en 1919 en el seno de una familia samurai, perdió a su padre y luego a su madre siendo aún muy joven. Sobre los 7 años se hace cargo de él su abuela, la cual era Sensei de Naginata (una lanza con forma de media hoz). Fue educado con el rigor y la disciplina de la época, aprendiendo diferentes artes marciales, entre las que se cuentan Judo, Karate, Kendo, Ken-jutsu, Yari, Shuriken-jutsu, Iaido y tiro con arco a caballo. También dedicó su vida al estudio de otras artes, como la ceremonia del té o el Koto (un instrumento de cuerda parecido al arpa) y leyó y estudió a los escritores clásicos Japoneses, como Kojiki.

A los 14 años conoció al fundador Morihei Ueshiba en su tercera visita a Shingu (las visitas de O-Sensei a la región de Kumano eran habituales; hacía demostraciones y practicaba en el dojo de Shingu). Hikitsuchi quedó marcado de por vida al conocerlo, considerándolo desde entonces como si fuera su padre.

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Hikitsuchi estudió la religión Shintoísta, de la que llegó a ser sacerdote; hacía prácticas de purificación y recitación del "norito", entre otros ritos.

El 26 de Abril de 1969 recibe la noticia de la muerte de O-sensei; más adelante, el 20 de Mayo del mismo año, muere su hijo. Es en este momento cuando decide que debe desarrollar y transmitir el Aikido al mundo.

En 2004 Hikitsuchi Michio sensei abandona esta existencia, dejando todo un legado de práctica y estudio del Aikido en el templo Kumano Juku Dojo de Shingu.

Un gran número de aikidokas se plantean la cuestión de que el Aikido está deformado y empiezan a tomarse en serio el camino que nos ofrece Hikitsuchi Michio sensei. Son pocos, incluso en Japón, los que pueden comprender la dimensión única de este maestro; el aspecto aparente de su enseñanza esconde una profundidad humana y espiritual todavía misteriosas.

 

Algunas citas del maestro:

"Purificarse y progresar es practicar. Progresáis si hacéis pequeñas cosas sin haceros preguntas. Pero hay que pensar que se puede progresar cada vez, si se agradece, olvidando las cosas inútiles y los problemas ordinarios de la vida."

 "Es porque yo he unido mi corazón y mi espíritu que puedo hacer el Aikido de O-sensei"

"En el Budo, es toda la vida la que se cuestiona. No hay indecisión, ni segundos intentos. Esta verdad, esta sinceridad son necesarias durante el entrenamiento para que una nueva personalidad nazca."

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